Nuestra filosofía de trabajo al encarar una nueva reforma
Una vez se ha decidido un proyecto y da comienzo la reforma, todos y cada uno de los técnicos que formamos el equipo de Rondera nos planteamos una pregunta muy sencilla: ¿Lo haría así si este trabajo lo estuviera ejecutando en mi propia casa? Así, nos aseguramos de ponerle tanto mimo a tu vivienda como si fuera el futuro hogar de nuestra propia familia.
El resultado de este razonamiento tan sencillo es conseguir espacios de vida y de disfrute, donde puedas refugiarte durante los próximos años sin recordar que antes tuvo otro aspecto u otro dueño. Esto se traduce en cocinas que invitan a hacer experimentos de magdalenas con tus hijos, suelos calentitos sobre los que echar carreras descalzos por el pasillo, o baños relajantes donde olvidarse del loco mundo que hay fuera de casa (aunque solo sea por un ratito).
Dicen que una casa nunca se termina porque va evolucionando con nosotros mismos. En Rondera ayudamos a adaptar el espacio a ti, a lo que tú quieres, a lo que tú necesitas. A hacer de tu casa, ese espacio reflejo de ti.
Ya seas de los que le gustan el material acrilico o natural, la ducha o la bañera, el suelo de losa o de madera, de cocinar o de encargar… Tenemos un equipo de especialistas que se coordinan para dar cumplimiento a acondicionamientos, transformaciones, presupuestos y plazos que cumplan sobradamente las garantías de máxima calidad.
Nos ocupamos de todo el proyecto, desde el inicio hasta la entrega, llevando un seguimiento pormenorizado de todo el progreso.
Sabemos que en cada reforma que hacemos, nuestro cometido es hacer de un espacio un hogar. Para tener la casa con la que fantaseas, cuéntanos qué te gusta y cómo lo quieres. Nuestros profesionales te asesorarán para conseguir convertir una vivienda anodina o anticuada, en tu entorno soñado. Un lugar cómodo, práctico y acorde a tu gusto estético.